lunes, 14 de mayo de 2012



La trampa de la muerte (1982)
Sorpresa, suspense y mucho teatro

Dirección: Sidney Lumet
Guión: Jay Presson Allen (Novela: Ira Levin)
Música: Johnny Mandel
Fotografía: Andrzej Bartkowiak
Reparto: Michael Caine, Christoper Reeve, Dyan Cannon, Irene Worth, Joe Silver, Henry Jones
Productora: Warner Bros

 Puro entretenimiento
En una época de convulsión mundial (terrorismo internacional,desastre nuclear de Chernovil, la llegada de la democracia en Argentina etc) donde la tensión de La Guerra fría late en Estados Unidos, el cine americano  centra sus temáticas cinematográficas en el puro entretenimiento, en unas fórmulas narrativas basadas en la sorpresa y en el suspense del espectador. En este contexto Sidney Lumet, trae esta disparatada comedia de asesinatos, basada en la novela de Ira levin :Deathtrap

Guerra de escritores
Un  escritor de teatro reconocido, Sidney Bruh sufre un momento de declive en su carrera  tras el fracaso de su última obra. Clifford Anderson, un joven escritor amateur, le pide que le lea su obra, para escuchar las posibles correcciones o consejos de un profesional.  Sidney reconoce el talento y potencialidad de la obra y traza junto con su mujer un plan para arrebatarle la obra y deshacerse del joven. Después de un larga cena con el joven, Sidney encuentra valor y lo asesina. Una vecina entrometida, irrumpe en la casa horas después del asesinato haciendo preguntas impertinentes. Todo esto hacen que Myra, su mujer se ponga muy nerviosa. Al caer la noche, Anderson reaparece de su tumba, y de la impresión Myra muere de un ataque al corazón. Anderson y Sindey resultan ser amantes y todo era una estratagema para acabar con Myra y disfrutar de su dinero. Anderson comienza a obsesionarse por escribir una obra exacta a lo acontecido. Sidney destesta la idea y comienza una rivalidad y tensión entre los escritores que acaba con la muerte de ambos. La vecina entrometida que se encontraba allí la noche en la que suceden los crímenes, es quien finalmente escribe la obra de teatro, que resulta ser un un gran éxito.


Una más en la carrera de Lumet
En la extensísima filmografía de Lumet,  en unos años de auge en su carrera, (Veredicto final, Network etc), hayamos esta película sin demasiado reconocimiento ni éxito de público. En el mismo año que trabaja en Veredicto Final se embarca en esta trampa de la muerte; razón quizás por la que la película carezca de muchas pretensiones.
Una obra puramente teatral, en la que se entrelazan constantemente teatro y realidad. No es la primera vez que el mundo del teatro envuelven el universo de Lumet, en temática o versiones (Sed de triunfo o 12 hombres sin piedad).
Influencia del gran Hitchcock en los elementos de sorpresa encontrados aquí,  que caracterizan el cine de suspense de la época.

Todo interpretación
Ritmo pausado, un decorado, y poca música; una película básicamente actoral.
La interpretación de los tres protagonistas, en los que recae toda la acción y los extensísimos diálogos, presentan como no podría ser de otra manera una interpretación muy cercana a la teatral; los gritos, aspavientos, cambios bruscos de situación y entonación.
Destacable interpretación de Michael Caine; quien repetiría años más tarde en un papel muy similar en la Huella(2007) de Kenneth Branagh.
El reparto se completa acertadamente con Christoper Reeve, y Dyan Cannon, que completan ese círculo personalidades complejas y malvadas causantes de los constantes cambios de giro que tiene la película.

Un escenario sin telón
Exceptuando la primara escena y la última en la que nos encontramos en una teatro con su patio de butacas, su entrada y backstage; el resto de la acción se desarrolla en la casa Sidney, el escritor protagonista. Un amplio salón-estudio, el cuarto de matrimonio, una cocina y un porche. Las tres estancias, concretamente la del salón está concebida como un escenario puramente teatral; un espacio amplio, que guarda la cuarta pared en casi todo momento. El espectador, contempla un estudio o escenario de teatro continuamente; la sensación es de estar viendo una obra de teatro y no visionando cine.
El recorrido de los personajes por este espacio, explota la máximo las posibilidades de la estancia; concretando más de una hora y media de película en estos espacios; sin ningún exterior ni alusión a él.



2 actos
Sidney y Anderson escriben su propia vida en dos actos, el primero; toda la estratagema para asesinar a Myra y el segundo aún no está definido pues falta algo; el segundo acto se escribe sobre la marcha a medida que el espectador contempla la acción.
La trampa de la muerte presenta dos partes diferenciadas; una basada en el no conocimiento del espectador y la segunda en el conocimiento solo parcial de este. El espectador sigue con facilidad toda la primera parte, es consciente de lo que puede llegar a pasar; conoce a los personajes y sus intenciones. Con la muerte de Myra y el conocimiento de la relación entre ambos escritores; llega la gran sorpresa; un fabuloso giro de guión realmente no esperado. Los protagonistas han actuado en todo momento no solo para Myra, sino también para el espectador.
A partir de este momento la cinta pierde fuerza, comienzan a tener lugar pequeños giros de guión que complican la trama más y más hasta el inesperado y enrevesado final.

La trampa de la muerte, al ser una versión cinematográfica no solo de una obra de teatro, sino que pretende mantener esta estructura teatral, que puede resultar algo desfasada, carece de mucho movimiento; es diálogo constante. El juego de palabras y de intenciones de los personajes marcan la realización y la planificación cuadriculada, muy parecida a la de estudio de televisión. Tal vez por la distancia temporal de esta forma narrativa muy en desuso, la historia resulta lenta y muy reiterativa a pesar de los numerosos giros de sorpresa.
Esta estructura y los mencionados cambios en la trama son el punto fuerte de un historia sencilla sin mucho que remarcar. La sorpresa y el suspense son claves.


Metateatro y mucha maldad
Deathtrap es una trampa constante, el espectador cae una y otra vez, en esos giros inesperados; al principio con sorpresa y expectación, a medida que avanza la película con más indiferencia.

Una realidad convertida en teatro; un teatro que se hace realidad. De una manera sutil y algo superficial; el guión consigue introducirnos en esa meta historia; en la que realidad y teatro se interrelacionan. Es más común reflejar experiencias personales de otro tipo en la ficción, ya sea novela, teatro o cine; que historias de suspense y asesinatos; pero la reflexión es la misma: todo sirve de provecho e inspiración  para la creación de historias de éxito; obviamente en este caso  llevada completamente al extremo.


Quizás lo más chocante de la cinta, y teniendo como premisa otras obras del director (¡2 hombres sin piedad) sea la usencia de moral o al menos de reflexión sobre esta, en toda la película.
Distraídos simplemente por la trama divertida y disparatada del film, tal vez se pase por alto la maldad y frialdad de prácticamente todos los personajes. Del escritor fracasado que es capaz de matar a su propia esposa, pasando por el joven oportunista y llegando a una falsa adivina feliz de conseguir un éxito a consta de tres muertes.
Destacable el personaje de Myra; por ser el único medio honrado y sensible personaje del relato.  Mujer entregada en cuerpo y alma a su marido, subyugada y siempre en un segundo plano, que casualmente es la engañada y asesinada cruelmente.

La trampa de la muerte, al igual que sucede con innumerables películas; tiene su momento; una larga tarde de domingo, para pasar un rato entretenido y puede que alguna carcajada. 

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